sin miedo a pensar

APAGA EL SILENCIO Y LLENA TU MENTE DE RUIDOS HERMOSOS QUE ACALLEN EL ALMA ANGUSTIADA, RESPIRA EL AROMA DE LETRAS QUE EN UN LIBRO SE ENCIERRAN, Y ABRE LAS PUERTAS SIN TITULO QUE TODAVIA HAN DE ESCRIBIRSE... LEE Y CREA BURRO!!
13/3/11
Crónicas de un Sicario. Cap II (23)
[...]Arden las almas inocentes en el mundo de los hombres, como en el infierno bíblico, se deshacen en sufrimiento y los demonios bailan, ríen y cantan. Celebran con grandes copas la masacre industrializada de ideas y voluntades, más dañino para sí mismo y su especie que cualquier enemigo, incluso de los que aún estén por llegar. La humanidad no existe, existe su resignación, el famoso apocalipsis comenzó hace tiempo... ¿cuánto perdurará el escalofriante auspicio de oscuridad?. El invisible lago de llamas lo consume todo, roca incandescente, rabia y pecado, odio desconsolado, las grietas de la tierra no son nada comparadas con las que se forjan en el interior del alma. Heridos los inocentes, muertos los héroes, abandonados los abandonados. Solitarias son las noches entre la gente, la pureza del aire tan sólo es una metáfora sobre lo que antes era vivir y el instinto depredador aflora, salvaje, convirtiendo las luces lejanas en antorchas furiosas que encienden el cielo anaranjado, ahora nublado y tenebroso.

"...El pastor merece morir, no debió llamar, ese número no lo sacó de la nada... ¿quién consiguió para él mi número?... y se permitió el lujo de exigirme... no me ensuciaré las manos por ese enfermo. No sé por qué Franck le dio el dinero a él para pagarme, pero si tiene algo que ver con la mierda en la que me quiere meter este demonio... sabrá que yo elijo mis contratos tanto como mis objetivos..."- Refunfuñaba en voz alta, febril y torpe mientras recogía a toda prisa sus cosas de la casa.

Tan sólo un par de maletas viejas de plástico negro, sucias, y un baúl que apenas le había dado tiempo a vaciar. Hay que moverse constantemente pero sin levantar sospechas. Colocó el equipaje en la entrada, justo enfrente de la escalera, abrió las cortinas delicadamente. Si hubiera encendido la luz en su momento, al llegar a casa, los matones del coche aparcado delante, podrían haberle visto recoger sus cosas. -"...Mierda, ¿quieren joderme?... me he descuidado demasiado.-Respira profundamente- "Hora de cambiar el ritmo de la historia..."- cierra el baúl con el pie pues tiene las manos ocupadas comprobando su vieja Phyton, el tambor suena como el segundero de un reloj. El ruido seco al cerrarse contra el cuerpo de la pistola indica el comienzo.

Abre la puerta con naturalidad, sale despacio hasta llegar al coche y como si no se diera cuenta de nada se sube, lo pone en marcha y avanza varios cientos de metros hasta que los matones comienzan a seguirlo. Es de noche, la calle está demasiado apartada para que haya tráfico. De pronto, apaga las luces, gira bruscamente en un cruce y los pierde de vista por un momento, el suficiente para parar en un lado de la calle apresuradamente y bajarse del coche. Camina rápido por la acera, parece correr más deprisa con cada pestañeo, oculto en la oscuridad de un portal aguarda. Justo en la esquina, el coche de los matones con ellos dentro, desorientados y mirando a todas partes. Entonces uno de ellos ve el coche aparcado en la boca de un callejón cercano. Salen disparados hasta ponerse a su altura... -"Aficionados..."- La calle es ancha, pero la cruza por detrás del coche, en cuanto pasan. Desenfunda desde casi tres metros de distancia y dispara a través de la ventanilla del conductor apuntando fríamente, las balas revientan contra el cristal y sus cuerpos, aunque uno de ellos tira desesperado, falla y cae como su compañero. No lo esperaban... Vuelve a llegar la hora de desaparecer, la prisa es fundamental ahora y regresa a casa con el coche. Mete el equipaje en el maletero y sale en dirección opuesta al tiroteo... No se escuchan sirenas, ni nada... nadie sale, nadie quiere saber...
posteado por david @ 7:33   1 comentarios
9/3/11
Crónicas de un sicario Cap.II (22)
[...]Revolviéndose por la noche entre callejones y plazas, los fugitivos y las sombras furtivas, los asesinos y pistoleros, campan a sus anchas por la ciudad, siniestra y apagada como la noche. los disparos enredados en la ropa y la carne llenaban de estruendos por todas partes Pitlane. Suenan distinta la piedra y la vida cuando chocan con una bala y el inspector despojado lo sabe bien...

La mañana fresca y luminosa una vez más trae la calma, el despertar entre bostezos y brazos y piernas que se estiran, las tareas del día, la rutina... también los sueños borrados de la memoria. El ventanal a medio abrir acerca la vitalidad de nubes vigorosas y blancas que llena el cielo y la pálida luz deslumbra en la habitación del hospital, el único de la ciudad. Muchos días han pasado desde que entró por esa puerta, medio muerto y ensangrentado, ahora reposa tranquilo de sus heridas, recuperando fuerzas.

El camisón ridículo y escaso de tela que llevan todos los internos le queda especialmente mal, el joven inspector no es precisamente corpulento y sus piernas y brazos delgados le dan un aire aún más cómico. las aberturas del camisón dejan al descubierto terribles cicatrices circulares a la altura del muslo, huellas de balas furiosas impactando contra un engranaje del sistema legal. En otro tiempo enseñaron al policía novato que la ley de los hombres tan sólo es un pacto entre hombres ...

La estancia en un hotel de mala muerte suele ser preferible a la estancia en el mejor hospital, este no era un caso distinto, cama incómoda, las sábanas tan frías como el cristal en invierno, y un montón de aparatos alrededor haciendo ruiditos; sin embargo, nada es capaz de minar la concentración profunda del inspector. Acurrucado, con la almohada entre las piernas se batía con su compañero de habitación en una terrible partida de ajedrez. Estaban tan inmersos en el juego que las enfermeras haciendo las pruebas de rutina, parecían no existir, como no existía nada más a su alrededor, tan sólo la partida... Encima de la mesa y para el ganador, nada más y nada menos que el postre de cinco días. No es que en los hospitales sirvan postres especialmente buenos ni nada de eso, pero después de tres semanas en el hospital comiendo y cenando... Hasta a un respetado inspector de la policía se le pasaba por la cabeza, aunque sea, robar el postre del vecino, o apostar para conseguirlo.

La cara, prácticamente envuelta por completo en vendas, no parecía suponer un obstáculo para el joven inspector, que desarrollaba la agilidad mental sobre el tablero con mucha soltura y acierto. La tensión de un gran final consumía al oponente, escayolado en las dos piernas, sentado justo enfrente. Avanza el tiempo y la partida, el inspector mueve su brazo sobre el tablero lentamente hasta colocar suavemente la mano derecha sobre el caballo blanco. Con un giro brusco de muñeca lo coloca amenazando al rey enemigo. El aire parece moverse alrededor del caballo, la muñeca del inspector sigue siendo rápida, tanto, que el rey cae casi de inmediato, tumbado sobre el tablero, sin que nadie lo toque. Los dos lo miran sorprendidos, estupefactos ante la casualidad.

Un hombre corpulento tras un ramo de flores inmenso, entra de golpe tanteando con una de las manos el espacio libre delante de él. Torpemente tropieza y cae de bruces sobre la cama... entre la cama y él... el inmenso ramo de flores completamente espachurrado...:-"Señor Mills, haría usted bien en tener más cuidado, ¿no cree?, esto es un hospital y no estamos para muchos trotes"- Habló con tono firme y serio el inspector a su compañero, el mismo que le llevó al hospital el día del ataque:-"Disculpe Señor"- Repite acalorado mientras aprieta las flores intentando recomponer el ramo, finalmente se da por vencido:-"Caso perdido, me he cargado la sorpresa".-En ese momento el inspector rompe a reír:-"Espero que este sea el último caso que pretenda perder usted, señor Mills. Y por otro lado, no se preocupe, la sorpresa nos la hemos llevado de igual modo."- ya en un tono más serio y frente a la ventana, recupera el imperativo que conlleva su cargo: -"Aparte las flores del medio y pongame al día del caso. Estos días están todos muy vagos en la comisaría, no hay más que leer el periódico..."
posteado por david @ 11:52   0 comentarios
David


hard core libertario

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