El sonido inconfundible y entrecortado de la radio, Me recibe entre sonrisas llenas de nostalgia. Valientes violines arañan el espacio prometido A ruidos de fábrica que todo lo tapan, sinergia.
Las interferencias se aferran al cable que hace de antena mientas un piano marca los pasos con los que se va el tiempo, dejando tras de sí un sepelio de vientos y violonchelos, todos juntos, como librando la más dura de las guerras.
Se alza una voz a coro de otra más grave Y vuelo a la antigua gramola, al tocadiscos, Al distante amanecer de otros tiempos más amables, Más normales, llenos de amigos y paraísos sin sentidos. |