Entre castillos de antaño dejo salir mis pensamientos, los lanzo. y recorro las oscuras galerías que los componen, escucho los gritos de quienes quedaron entre las piedras, los hago míos y los reparto por el silencioso pasillo; ¿loco?... No, simplemente sensible como el resto, reconociendo entre almenas el viento cortante sobre mis penas, desgajando el problema.
Si antaño aparté la telaraña, esa que nunca me hizo nada, me alejé del cotidiano sonido de los herrajes del trabajo, el golpeo de ordenes sobre mis libertades. Si antaño intenté volar y no me reventé contra el suelo, ¿por qué no intentarlo una vez más? ¿que comportamiento social aprendido me impide volar?... vuelvo a las almenas, a las torres, a los silenciosos pasillos llenos de gritos mudos... Y te sueño, a ti y a todos, y siento que tampoco lo quiero, que tampoco me quedo y dejo que se acerque la irrealidad a mis dedos... vuelvo a sentirme nuevo, pero sin peros. |