Como viento húmedo en época de sequía, así debe oler la libertad, a nervios y espontaneidad rabiosa, a pólvora de festejo, a sexo con pasión y desenfreno, a segundos, instantes medidos con hilo de azucar que gira hasta formar una nube, la misma que huelo a lo lejos, hinchada de agua, amable y solitaria, tormenta y, por fín, el agua.
cada vez que se me acerca una tormenta pienso: Aunque solo estuve un segundo a su lado, aunque estuve media vida abrazado, y otra media soñando... cada parpedeo y suspiro han sido siempre mi amor más querido. ni más ni menos, simplemente distintas notas, cada una en la más hermosa de las melodías. |