Nací un día no muy lejano; aunque al crecer, cada vez más, ese día se queda más y más apartado, difuminado entre tanto recuerdo bueno y malo. A veces me sumerjo en el trayecto plagado de historias, cuentos mentirosos, cicatrices hermosas, como simples cambios de aire que lo complican todo, casi siempre, motivo de interacción inconsciente con el entorno, condición de presente, inspiración y evasión fugaz. Pensamientos y revuelo, impulsos eléctricos y sueños. ¿Cuántos tropiezos?, ¿Cuántas...? No importa, no se pueden contar sin equivocarse, tampoco vivir sin errar. Lo único que se puede hacer, es avivar el fuego, abrazar a tus compañeros y volver a narrar la historia de nuevo. |