No hay lugar para reflejos ni espejismos entre los valles por los que ando perdido. Ilusiones vanas dibujadas por horas de cautela, hermosos suspiros que suenan a cariño incitan el ansia, palabras que queman. Encienden miradas plenas, las riegan.
Impulsos de amistad o investigación de primavera, sincera es la conversación de la tierra, caminando ileso entre palabras y un cuaderno, plasmo los pies desnudos en la carretera como mis dedos sobre tu pelo, me elevo, sintiendo enfermo, algún estrepitoso anhelo.
No, no tengo sueños, sólo deseos instantes que precisan de algunos besos para sentirse indudablemente ciertos, pero estoy risueño, sincero y entero |