Criticamos la sociedad, el sistema de enseñanza, la cultura, las religiones… ¿Pero y nuestra actitud? ¿Hacemos o decimos siempre lo correcto? La sociedad y la cultura en la que vivimos nos han educado para creer que lo que digamos es lo verdadero frente a lo que diga el resto. A la hora de poner en tela de juicio un pensamiento, sistema, idea, valor… tenemos que tener siempre presente nuestra capacidad para cuestionarnos nuestros propios pensamientos o ideas en las que creemos. Solo mediante un proceso continuo de análisis y crítica de nuestras convicciones podremos afianzarnos en ellas.

Para que esto se pueda dar tenemos que tener una actitud de critica constructiva hacia nosotros y hacia l@s demás. Esto supone buscar argumentos y razones lógicas tanto a la hora de rebatir como de defender una determinada postura, en esto debemos ser lo mas objetivos posibles. Para esto también es necesario que exista una total libertad de expresión, puesto que pensamos y nos expresamos por medio de la palabra (si manipulan en lenguaje, manipulan el pensamiento). No obstante el mercado, los medios de comunicación, las escuelas… no ayudan a que la persona se cuestione o dude, puesto que una persona que piensa por si misma es una persona independiente, y una persona que es independiente no puede ser controlada ni manipulada.

En la sociedad actual el vínculo social es de desconfianza y la televisión o el mercado nos alienan. Esto no favorece ni la autocrítica ni la reflexión personal. Por esto se hace urgente y necesario un aprendizaje personal y en sociedad, aprender a afrontar conflictos, analizarlos, etc. Mediante este proceso personal de análisis podremos estar más seguros de nosotr@s mismos, mejorar nuestra autoestima, aprender a conocernos mejor… Todo esto desde una postura humilde: revisar logros y fracasos, tratar siempre de aprender algo más, formulando preguntas, enfrentándonos a la incertidumbre… Todo esto influirá positivamente a la hora de luchar y tomar las decisiones que nosotr@s creamos oportunas, en definitiva, a la hora de cambiar la realidad y afrontar los problemas no siendo meros espectadores.

Solamente mediante una correcta autocrítica podremos alcanzar un autoliderazgo: como queremos ser, como queremos gozar, a que dar más importancia… aprender a superarnos y construir nuestra personalidad. Para poder llevar a cabo esta autocrítica deberemos tener múltiples perspectivas y no dejarnos llevar por modas, la rutina, lo fácil, la presión de la sociedad… rechazar el conformismo y ser coherentes con nuestro propio pensamiento, asumiendo nuestras decisiones y llevándolas acabo, siendo capaces de llevar hasta el final lo elegido.

gracias por colaborar Adrián!!!