28/8/10 |
Crónicas de un sicario (2)
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[...]Con un movimiento suave desliza por sus dedos el revólver caliente y sus guantes de tela fina hasta que tocan el suelo. El muerto se ha desplomado agarrándose el pecho fuertemente y ahogándose fogosamente dando tumbos contra la gente desbocada y ciega. Perdiendo altura, la figura moribunda se arrodilla y se arrastra entre las piernas sin nombre durante al menos unos segundos, antes de acurrucar la cabeza en la butaca de su asesino que aplaude indiferente entre forzados gritos de euforia... Tras la expiración enfermiza de su víctima, empuja suavemente el cadáver a la vez que comienza ligeramente a andar de espaldas a la salida, aplaudiendo al escenario donde todos los intérpretes se abrazan ante la inmensidad de sus almas regocijadas. Una obra que se recordará por siempre, quizá no tanto por su novedoso guión, sino por el asesinato en el palco de su director...
Continuará... |
posteado por david @ 11:12 |
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