Cómo se escurren los días, sueltos uno tras otro como granos de arena fina en un reloj infinito acompasados de esfuerzos e insomnios de retorcidos mensajes borrosos
de hitos en un camino desconocido de metas en una carrera sin ganador de amores y odios transformadores de virtudes y errores que nos conmueven
como lo son una mano junto a la otra y un verso que conduce a otro más inmenso.
Cuántas palabras tienen todavía que recorrer nuestras lenguas cuántos esguinces y "harturas", días como huellas borrosas se apresuran a desaparecer con cada legua que arrastramos.
Con cada hito dejado atrás los hombres inventan canciones, himnos. Las personas, laten, aman, se equivocan, crecen como la montaña de arena escondida en el reloj finito y sencillo de volcar.
Cuentan sencillas palabras alrededor del fuego con amigos escuchando, en silencio, contemplando los ojos romperse cuando el trago es amargo,
y se escurren entre los dedos los granos de fina tierra, molida para escurrirse, desfigurada en una cascada de opciones, aranas y aventuras, textos e Historia que pasan de ocurrir a ser de nosotros, que pasan de sentirse a describirnos una sensación...
que pasan y llegan, pasan y llegan...
El medidor vuelve a estar bocabajo, y boca arriba hasta que quede tumbado. y de entre todos los pequeños trozos de tierra esforzados en caer y caer...
No recuerdo más que la masa de días, de arenas muertas y vivas que me hicieron crecer. |