Retumban los pasos en marcha rotunda sobre el espacio, Estrechando barrancos y derrumbando puentes. Sentidos, otros pies se arrastran con el talón por delante y la mirada descubierta de miedo, temblores. La desdicha se queda sin aire entre dos fuegos y estalla lo que la contienda llama masacre y la realidad, abismo natural, se desmiembra.
Hay barro en todas partes, pero no ha llovido, con el silencio las banderas se alzan soberbias, llenas de amor patrio y desvencijado, estériles.
Manos trenzadas sobre la sonrisa seca de la muerte... Sin párpados los vivos no podrían soportar la vida, porque como secos los ojos, también el alma se secaría... Demasiados vientos para tan sensible retina, menos mal...
Menos mal que en la oscuridad supimos comprender y hablar, Menos mal, sí, que todos los príncipes tenebrosos y tiranos saben que tan mortal es hoy un dios, como la fe, como tú y yo.
De entre todas las hecatombes, el amor es la única tolerable. |