Miles de fuertes lazos se cortan con mi vista miles de pequeñas historias salpicadas de rocío, esculturas de hierro sobre el vacío, el viento, cáscaras y frutos todo en el mismo conjunto.
Imagen ridícula del andar evolutivo, del paso, del mismo sabor amargo que te depara un despacho, alejado de la vida y el esfuerzo, condenado el empacho.
Se tambalean las figuras como de frágil adobe, imperfectas, diferentes, llenas de llagas, ¿y el alma? Ojos vacíos, mil historias en las gotas del amanecer.
Detenerse para contemplar de lo irrisorio lo fabuloso y de lo grandioso los excesos, respirar ilesos, hilos que se cortan con la mirada, indicaciones, palabras. |