| 31/12/09 |
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La bruma de lo inmortal, a un ser muy querido,
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nunca un balanceo me inspiró
tanto fervor por vivir
ni me incomodó con su
incesante preocupación
ni tan siquiera un mordisco
de notoriedad reclama
y aun hoy decaído me llama
y me habla con la tierna calma
que endulza la más sobria respiración
convirtiéndola en suspiro, en aliento
alivio del sentir enfermo,
extenso y pequeño, qué raro...
enfermo como todos, descifrado
con la facilidad de lo obvio,
atormentado a ratos, brusca confusión,
adormecido en la comodidad pasmosa
enfermo de olvido y conciencia
de brevedad inevitable, como la tos
Y en el borde de un camino feo
te veo y vienes, sentado me hallo
hasta que con tu mano suave
me levantas del barro húmedo;
se trenzan entonces el sueño
y la realidad dentro de nosotros
para hacer lo inmortal
y aunque te eche de menos
no hay veneno que me impida
regalarte un guiño y una sonrisa.
por el amor dado, y el reparado
aunque sobre todo
por lo que te has llevado.
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hay presencias... convertidas en la esencia de nuestro caminar. Ánimo. |
posteado por david @ 5:35   |
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