21/11/09 |
un instante en palabras
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y usé mis piernas como las tenazas de un cangrejo y la apreté sobre la cintura hasta hacerla mía y de nadie más.
con la fuerza de quien cálidamente sujeta lo que más quiere sobre el esfuerzo de dejarla marchar y ella no quiso irse nunca más.
y retraté en mis ojos su expresión de gozo y retiré mis piernas dando paso a la ciencia que abrumadora se abandonó tierna
con los mil colores de un iris ciego y eterno deduje el valor que de su mirada se escapaba entre alientos húmedos de palabras.
Las mías eran innecesarias, estrechas mudas de seda que había hilado alguna otra mariposa ociosa y que seguramente regalaría por amor, o necesidad.
porque para ella no eran necesarias más que las pinzas con las que yo la amarraba y para mí decir las palabras sin frases para desnudarla.
Esta es la pequeña historia de pequeñas veredas que se pierden con el viento, segundos antes de la siguiente montaña dentro de la inmensidad de tu tierra. |
posteado por david @ 7:02 |
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4 Comenta: |
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Ánimo guapetón! Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. Te quieroooo...mmmuuaaak!
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mmmm encantadora oferta... mua
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No se la amarra con pinza, se la amarra con la pija.
saludos
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Hace rato que leo tu blog, me parece interesante. Muy lindos los textos que publicás. Saludos.
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Ánimo guapetón!
Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. Te quieroooo...mmmuuaaak!