Una vez más, tan sólo una vez más, se repite en mi estómago un nombre, el mismo abismo, piedra y camino se encuentran y se retuercen sobre la vida y mis pasos.
¿No sientes acaso la inflamación del espacio, la inspiración del momento, el miedo a no ser?.
El terror de las mil caras y la lucha. La locura más efímera y la espantosa eternidad cuerda.
¿Quién sin nombre me frena? ¿acaso yo tengo nombre, y tú? pensamientos engarzados en carne, cubiertos de enigmas y potencia.
Una vez más, tan sólo déjame mirar, quiero escuchar esta lección otra vez. Por un momento olvidaré el fluir del verso, concederé mi orgullo por la verdad encadenada con amabilidad al dolor.
Arden la verdad absoluta y su escolta de soberbia, confusión y vida, incertidumbre, camino y puzles, pensamientos que irrumpen.
Veleta que diriges el viento, viento que me impulsas...
¿Por qué dudas? ¿por qué a oscuras me cuentas y susurras, desatas mis tripas y mis costuras? |