14/12/06 |
TOQUE, MAESTRO
|
Se deslizan sus dedos suavemente como si de un violín dulce se tratara, con delicadeza, por la pulida superficie, atrás quedan los recuerdos, deliciosos momentos llenos de una especial ternura y de un secretismo extremo… las cuerdas suenan inconfundibles, rápidas y vibrantes, pero con una gran fuerza melancólica, algo que arrastra mis entrañas hacia la desesperación. No hay futuro posible ahora, no hay ruegos ni anhelos, solo la desolación se arrastra por debajo de las puertas, entre las cortinas de la funesta sala … Se deslizan suavemente las yemas de sus dedos, lo rozan con la ternura que da la vida a lo eterno, con la sencillez de un primer amor, con ese mismo dolor… una lágrima vuela estrepitosa, silbando con el aire seco de la habitación hasta que golpea con la limpia superficie pulida, de nuevo el silencio… un rostro emerge de la profundidad, se despide… rasguen la última cuerda, con la última nota denme el placer melancólico, denme la muerte en vida para poder vivir, para poder sentir que sigo vivo… Despedaza mi alma y espárcela, con desdén arrojala al oscuro silencio… descalza mi mirada con tus parpados y sumerge tus tobillos entre los anillos del agua. Dame el silencioso descanso medido y rescátame luego con la cuerda vibrante, con el viento soplante… |
posteado por david @ 12:33 |
|
|