…Vuelvo como las olas a la orilla, regreso a nuevas tierras, nuevos contornos que sin embargo ya me son familiares. El tiempo que madura las frutas y los paisajes me responde, acurruca mi eterna pregunta, mi eterno reflejo, destellos cálidos de amoríos pasados dejando huellas que se difuminan… miradas al vientre, dividido como el alma del filósofo, retorcido, como la vida. Retorno a las playas de antaño con nuevas fuerzas, me revuelco en su arena llena de melancolía. Respiro la brisa… y descubro que no huele igual… Defino en mi mente las finas agujas, destellos del sol. Dejo que me animen, que me llenen de calor, se fueron los vientos impulsores, quedó la tranquilidad. Como dunas gigantes mis dudas se mueven de un lugar a otro, bailando con el viento, aferradas al cielo. Así es la arena de mis dudas, finita y abundante, ligera, pasajera… |